“Contra adicciones”, representa la crueldad con la que el lenguaje y la religión de las palabras nos limitan, las catedrales de miedos y sueños sexuales, el falo de la cultura que quiere penetrar los ojos, y la vagina de la comunicación que quiere ser penetrada por el silencio.
Las pinturas hablan de un ego inflado por la sombra de la sociedad, el fantasma de la educación, las cruces de lo inmoral, una cultura barroca cargada de expresión, un corazón desbordado, insatisfecho de vida, traicionado y vuelto a pegar.
Imágenes que simbolizan la espera, una escalera que no conduce a ninguna parte, las ubres de la soledad, las espinas de las contradicciones, las dudas que como líneas intermitentes atraviesan las fronteras.
La furia que quiere llenar cada espacio en blanco, las texturas de la propia oscuridad, la luz que está en alguna esquina del lienzo, el espejo de la sociedad que crece al mismo ritmo de mis propios males, la puerta que deja escapar la necesidad propia.